"Vamos creciendo en miedos. Son acumulativos. Nos
estamos convirtiendo en una sociedad gobernada por ellos. Está presente en
muchas formas: miedo al terrorismo, a la delincuencia, a los pederastas; y
otros relacionados con la sanidad, la alimentación, la crianza, los viajes.
Vivimos en una sociedad asustada."
Nos educaron con miedo, inculcándonoslo. La palabra
miedo, incluso, da miedo, prefieren llamarlo “prudencia”. La Prudencia, hasta en familias, es un valor más importante que la honestidad o la
honradez. Paradójico es que, en la sociedad más segura de todos los tiempos,
crezcamos con el susto incluso pegado a la almohada (¿Qué hay más aislado que
una cama?). El miedo es, ya, un negocio. Los transportes plagados de
seguridad privada, los institutos también. Para algunos, es una mina de oro.
El miedo paraliza, nos da tantísimo respeto, que tememos miedo incluso
de aceptarlo.
Isaac Rosa
Isaac Rosa (Sevilla, 1974) ganó en 2008 el VIII Premio Fundación José Manuel Lara con El país
del miedo. Ha publicado El vano ayer (2004), ¡Otra maldita novela
sobre la guerra civil! (2007), y la última, La mano invisible
(2911). Todas ellas en la editorial Seix Barral. Issac Rosa,
popular columnista de Público con Trabajar cansa, ahora va a formar
parte del diario digital de Ignacio Escolar Eldiario.es. Público merecía
la pena por muchísimos motivos, y a mi parecer, de los primeros, que Isaac Rosa
tuviera ese espacio.
El País del Miedo cuenta la historia de un padre que ve como su
hijo sufre coacciones por parte de un compañero de instituto. El hijo, intimidado y
amenazado, se ve obligado a robar dinero a sus padres, además de sus
juguetes/ropa, para dárselo al pequeño acosador (los chicos tienen entre 14 y 16
años). El hijo, bloqueado y excluido socialmente, pide al padre que le acompañe
a la entrada/salida del instituto, y que lo encubra delante de la madre y los
profesores cuando el miedo llegue a tal extremo que sea incapaz de ir.
El padre hace un intento de frenar al pequeño acosador
yendo a hablar con la directora del centro. El acosador empieza a humillar y
golpear al padre, y éste paralizado por el miedo, acaba cediendo a darle lo
que el chico pide (dinero) en incontables ocasiones. El miedo hace que padre e hijo se recluyan en
casa, cambien sus hábitos y costumbres, se obsesionen con la seguridad, llegando
al extremo de mentir a la madre diciéndole que todo, ya, está controlado. El
padre, que debería de actuar con determinación, se acostumbra al miedo al
acosador, llegando a un punto de no saber cómo plantarle cara al asunto.
Isaac Rosa, con el personaje del padre, hace ver al
lector que nadie está a salvo de los pánicos. A la narración de la historia le
complementan los desarrollos de todo tipo de miedos que tiene el personaje: a
ser padre, a ir por la calle, a los robos, a los inmigrantes, al dolor y al sufrimiento…
miedos sociales que si lo pensamos, todos (en alguna medida) sufrimos.
Cámaras a la entrada de Cuevas del Becerro
El miedo es muy complejo de vencer. Tanto que ya no
nos sorprende como en minúsculos pueblos, como es el caso de Cuevas del Becerro
(no llega a los dos mil habitantes), se planten cámaras para aplacar los miedos
al robo o actos vandálicos. Creemos ser valientes e, incluso, estamos seguros,
hasta que damos con un libro como éste, El País del Miedo, que atormenta y
evidencia que somos esclavos de eso, del miedo.
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