Estamos desnudos. Desnudos y con frío. Nos entra poco a poco
por la nuca para dejarnos tiesos. Nos levanta el bello nos empina los pezones. Se
nos congelan los dedos, se nos congela el alma. Estamos solos. Solos entre
tanta gente. Entre gente que está en paraísos de coco y playa. Unos tienen el
derecho de la manta y otros, solo tenemos derecho a mirarlos. Se recochinean de
ser nosotros los infelices que morirán sin tazas de caldo ardiendo. Ellos en el
infierno, tendrán con qué arroparse y guarecerse de las tempestades. Somos cucarachas,
ellos águilas. Tenemos miedo a perdernos y que nadie nos encuentre. Somos nada
y ellos todo. Tienen el fuego y el poder, el dinero y las carcajadas. Nosotros somos
el asco, la purria, el llanto y el olvido.
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