Estoy muy deprimida. Lo noto porque me he gastado 50 euros en galletas, chocolate y asuntos pa criar manteca. De momento sólo tanteo la posibilidad de levantarme, pero sé que tarde o temprano lo haré. Un paso, abro armario y miro calorías. El número más alto se lleva el premio. Y cada vez veo el Retiro más y más lejos, con lo que las bambas de correr tienen una temporada en plan La Historia Interminable de Michael Ende de vacaciones y descanso.
Descanso es la universidad. Hoy me planteado seriamente levantarme en clase y preguntar cuando nos dan los gumets verdes por buen comportamiento. La mujer de Discurso y Comunicación le echa fe y entusiasmo al asunto, pero me interesa lo mismo que la depilación de almeja de Penélope Cruz. Osease, nada. Si el día del examen nos da una hoja para colorear una casita o una flor no lo veré fuera de lugar. Es muy de su línea. La peña pilla apuntes. La peña participa. La peña está como loca en esa clase. Miro a Iván y hace la lista de la compra “ ron, hielo, zumo de coco, birra” y yo me pregunto que si la colega se pispa de que nunca me he leído uno de sus textos me escribirá una notita en la agenda para los papis.
Estoy deprimida porque Primo Levi lo pasó mal en el campo de concentración. Y yo empatizo con él desde mi cama. Cama por la cual he contado que este mes pasarán unos 8 cuerpos. Y no para sexo precisamente. Ojalá. Primo Levi se pregunta “Si esto es un hombre” y yo “ si esto es un hostal”. Iván tiene la calefa puesta y yo la ventana abierta. Qué cosas. Y el becario de La Gaceta se acaba de hacer fan de Sarah Pallin.
El mundo, como yo, dejenera.
Y la Pallin la primera.
Me estoy sacando el carnet de conducir por aquí, y en el test médico, una de las pruebas psicológicas era: "dibuja una persona" (...)
ResponderEliminarDe todos modos ya venía avisado de que debía dibujar a una persona sonriente, con cinturón y sobre una superficie, para que no se pensaran que estoy loco o algo así.
Me quedó precioso.