Nunca se peina
martes, 14 de junio de 2011
Miguel Poveda
Mi cama reatada con celo se volvió a romper.
Movió la mesa.
De la mesa se cayó el vaso.
El vaso de agua con flor.
El agua se estampó en los cables eléctricos y en el enchufe.
Ayer el romanticismo casi me
mata
.
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