Asqueroso Madrid de moho en Salamanca, de abrigos de oso que abrigan a perras y bandera robada por la derecha por derecho, en bolsitos de prada en pulseritas de muñeca. De tiendas caras con porteros baratos, de avenidas de compra y gasta con tarjetas van a números, que crecen explotado a gente sin tarjetas. De trabajo que hay que suplicarlo y agradecerlo, para que el adinerado te sangre y te de, poco dinero a cambio. Pandereta de España que considera que el buen español bebe vino caro, lee la Razón y vota a Mariano. Peste de valores los nuestros, que los ricos quieren ser hippys y los pobres quieren ser algo. Da igual quién fue Gardel, Baudelaire o Julio Romero de Torres, si lo único que se desea es un mercedes blanco. Mendigos y acordeonistas que viven en cajeros. Dinero a la ruina, burgueses a las esquinas, ha muerto la ética currando. Yo me veo en el campo, con mi negrito, olvidando avaricia, subiendo a otros barcos. Borrar Salamancas, quemar bancos. Apretando la vida, soñando, soñando...
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